Factores que favorecen enfermedades cardiovasculares.

Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en nuestro país. Existe una estrecha relación entre algunos factores, muchos de ellos prevenibles, y el desarrollo de las mismas.

Estos factores, que enseguida detallaremos, tienen mucho que ver con el estilo de vida de las personas, y por lo tanto, se puede modificar si se conoce el riesgo y se adoptan conductas responsables.

Más allá de alguna relación que es de carácter hereditario o vinculada con el incremento en la edad, procesos inevitables, muchos otros se pueden corregir aceptablemente.

Los factores más reconocidos son: Hipertensión arterial; Hipercolesterolemia; Tabaquismo; Diabetes; Obesidad y Sedentarismo.

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

Se considera que una persona es hipertensa, cuando su presión arterial máxima supera los 130 mmHg o mínima superior a 85 mmHg.

El registro de la presión es un acto muy sencillo, de sólo algunos minutos, y que puede realizarse en cualquier centro asistencial. Si bien sería recomendable el control inicial por un médico, esta medición la puede realizar el personal de enfermería, y derivar a un médico si los registros son anormales.

La hipertensión es tal vez el factor más importante de las enfermedades cardíacas, así como de accidentes producidos en el territorio vascular de algunos órganos como el cerebro.

La hipertensión es habitualmente silenciosa, y detectarla luego de un accidente cardíaco o vascular, significa que se ha llegado tarde.
En consecuencia, se recomienda que todas las personas adultas, y más aún aquellos que tienen otros factores de riesgo, se tomen la presión al menos una vez al año.

HIPERCOLESTEROLEMIA

De todas las grasas circulantes en sangre, los niveles elevados de colesterol se relacionan directamente con las enfermedades cardiovasculares.

El aumento del colesterol sanguíneo, es un problema metabólico, pero en el que también influye la dieta y la escasa actividad física.

Estos últimos dos factores, se relacionan con el estilo de vida. Se considera normal en una persona adulta, un nivel máximo de colesterol total de 200 mg/dl.

Es recomendable, que en los estudios de laboratorio de rutina, por cualquier motivo, se solicite una determinación de colesterol, para determinar si está elevado y actuar en consecuencia.

TABAQUISMO


El consumo habitual de tabaco, en cualquiera de sus formas, debe considerarse como una adicción. Pocas adicciones están tan vinculadas con las enfermedades cardíacas y vasculares como el tabaquismo. Las personas fumadoras aceleran cualquier proceso de deterioro vascular de otro origen.

Si bien las campañas antitabaco son de público conocimiento, es bueno saber las consecuencias del mismo, tanto en los procesos cardiovasculares, como pulmonares y en determinados cánceres.

DIABETES

La diabetes también es una enfermedad metabólica, con múltiples repercusiones en todos los órganos. El sistema cardiovascular no es ajeno a ello y particularmente sensible a los aumentos de azúcar en sangre. Todas las arterias son vulnerables a la diabetes y así son las manifestaciones en diversos órganos, como el corazón, riñón retina, nervios periféricos, etc.

El control del azúcar sanguíneo o glucemia, es una determinación habitual en los exámenes de rutina. Hay que estar particularmente atento a un registro elevado (mayor a 110 mg/dl), que debería repetirse y de confirmarse efectuar la consulta pertinente.

También la diabetes es una enfermedad asintomática en los primeros tiempos. El control inadecuado tiene consecuencias muchas veces irreversibles.

OBESIDAD

Se considera exceso de peso, cuando el índice de masa corporal excede el valor de 25 (peso en Kg / talla²) y obesidad, cuanto este valor supera el numero de 30.

La obesidad es una enfermedad muy frecuente en occidente y su crecimiento adquiere carácter de epidemia.

Son diversos los factores que inciden en que una persona sea o no obesa, como su propia genética, los hábitos alimentarios y la falta de actividad física.

Hay que tener muy claro, que cierto exceso de peso no es un fenómeno saludable sino una enfermedad. La obesidad no solo se registra en personas adultas, sino también en niños. El exceso de alimentación es un error cultural, que se comete por desconocimiento.

La obesidad está fuertemente vinculada con la cantidad de calorías que se ingiere y el tipo de alimentos consumidos. Es así como el exceso de hidratos de carbono, en todas sus formas (harinas, bebidas cola, azucar refinada), de grasas y alcohol, contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.

SEDENTARISMO

Parte de una vida saludable, es combinar adecuadamente el estudio y trabajo con actividad física regular. Para ello es recomendable luchar contra el sedentarismo fomentando el deporte desde la infancia, y aconsejando que los adultos ejerciten su cuerpo regularmente. Hay muchas actividades que pueden aplicarse según la etapa de la vida y disponibilidad, que no requieren erogación económica. El error es no tener este concepto dentro de lo que se considera una vida sana.